Se diluye la calma en un vaso de sosiego;
perturbada el alma se sumerge en un espejo;
quizás una imagen prorrumpa el destello;
camina firme y embate a los sueños.
Clama el hombre y rompe el silencio;
No alcanza una vida para tales deseos!
Se arrincona y pierde los fueros;
¿Qué mundo es este en el que me veo?
No alcanza una vida para tales deseos!
Se arrincona y pierde los fueros;
¿Qué mundo es este en el que me veo?
De súbito despierta, ha sido un sueño;
En esta viña con los pies en el suelo;
Aún ni de tu propia vida, eres tú el dueño.
En esta viña con los pies en el suelo;
Aún ni de tu propia vida, eres tú el dueño.
Sigues siendo esclavo, esclavo de tu libertad.
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