Desde muy temprano, con los primeros destellos del astro rey, suena nuestro despertador, anunciando el inicio de una nueva jornada. El despertador es la alarma en el teléfono celular. Desbloquemos el dispositivo e ingresamos a Twitter, Facebook, Instagram, Whatsapp. Luego, tomamos la siempre compleja decisión de levantarnos, y entre bostezos y estirones, hacemos a un lado el equipo, para cumplir con lo hábitos de higiene. Ya con más energía, nos vestimos y degustamos una taza de café mientras vemos las noticias a través del celular. Informados y listos, partimos a dar la batalla por sobrevivir, llevándo en el camino al celular reproduciendo con auriculares nuestra música favorita, para hacer más placentero el recorrido.
Y decimos en nuestro corazones: soy libre, no soy esclavo de nada, ni de nadie.
Imagen: Shutterstock
ser realmente libre es romper con toda norma, con todo estigma y parámetro, hasta el punto en que nuestra vida entera sea un acto de rebeldía
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